viernes, 20 de agosto de 2010

Idilio con el desierto - Shibam

Articulo muy interesante:

Nos ha recogido en nuestro hotel de Marib a las 4 de la mañana para llevarnos a ver la salida del sol desde las dunas blancas de este desierto que cruza la frontera norte y entra en Arabia originando las dunas más altas del mundo, más incluso, que las de Níger, donde navegan los impasibles hombres azules, los tuareg.

Después hemos jugado en las dunas como niños, hundiendo los pies en la fina arena o dando volteretas de lado hasta llegar abajo y sacudirla alegremente de nuestra ropa y nuestro pelo. Un breve refrigerio, a base de té y manzanas, más allá donde el beduino tiene plantada su jaima y seguimos nuestro viaje de más de 200 kilómetros todavía. Esta vez nos aventuramos a viajar de pie en la caja de la camioneta y dejamos que el aire caliente del desierto acaricie la piel de nuestros brazos ya que la cabeza y la cara las llevamos cubiertas con nuestras kuffiyas que ya hemos aprendido a colocarnos.

La sensación de libertad es infinita y no nos abandonará en todo el viaje.El destino de ese día es Seyun, la capital extra-oficial del valle de Hadramout adonde llegaremos alrededor del mediodía. Por el camino hemos encontrado a las campesinas de la zona ataviadas completamente de negro con sus altos sombreros de paja, debajo de los cuales y atados a su cabeza, están los pequeños hatillos para la comida del mediodía. El alto sombrero les sirve de frigorífico ya que mantiene la comida a la sombra y ventilada. La presencia de los coches cerca de sus campos no es bienvenida. Algunas de ellas, al ver nuestras intenciones de fotografiarlas, se quitan sus sombreros característicos y se agachan. Todo para preservar su intimidad.

Enlace recomendados:

No hay comentarios: