viernes, 20 de agosto de 2010

Estamos llegando a Antioquía

Articulo muy interesante:

La frontera está repleta de camiones pero hay muy pocos turismos con lo que los trámites son rápidos. Ojo que las visas ya se pueden tramitar aquí directamente y apenas se tarda nada. El bus continua un poco mas de la frontera y en un cruce nos deja. Desde allí nos recoge un dolmus bien cargadito de gente y sin dejar de pisar el acelerador llegamos hasta Aleppo. El cambio con Turquía es evidente desde la frontera y en Aleppo uno tiene esa sensación de estar ya en Oriente Medio. Taxis, ruidos, gente que te da la bienvenida, vendedores ambulantes, calles sin asfaltar llenas de gente, edificios que han pasado por mejores épocas y esa mezcla de olor de las parrillas que ya están en marcha y de las shishas que empiezan a funcionar.

Es viernes o sea que la ciudad está casi paralizada. Seguimos a la gente como autómatas hasta la mezquita. No pasamos pero desde fuera se ve el patio central repleto de gente. Nos acercamos a los bazares interiores, según dicen algunos, los mejores de todo Oriente Medio, que ya es mucho decir. Están vacíos. Resulta muy curioso pasear por estos pasadizos que han visto tanta actividad a lo largo de los siglos. El intricado laberinto de calles desérticas se rompe fugazmente por algún transeúnte de camino a la mezquita. Decidimos dejar el resto para mañana. Seguro que será completamente diferente.

Desde la Gran Mezquita caminamos hasta el barrio cristiano de Al-Jdeida. Un bonito entramado de calles estrechas que recorrer esta parte de la ciudad. Conviene perderse por sus calles y visitar algunas de sus iglesias ortodoxas como la Iglesia de los 40 mártires.

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