De esta manera, el museo te invita a conocer una historia verdadera de las miles de historias personales que existen. En centros conmemorativos como este, existe un riesgo de que el interesado salga del recinto con una idea abstracta de lo que fue el Holocausto judío: demasiados datos, demasiados nombres, demasiadas víctimas. Este sentimiento, que muchas veces es inevitable, intenta ser reparado con un nombre propio para cada visitante.
La visita del museo es larga, de un promedio de tres horas, ya que la exposición permanente comprende casi la totalidad de la superficie.
Además de ser un museo abierto a todo el mundo, en él se desarrollan importantes investigaciones académicas en relación a los genocidios (no solamente el judío), tanto acerca de los que ya ocurrieron como aquellos que, actualmente, están teniendo lugar en el mundo. Esta misión se lleva a cabo por el Centro de Estudios Avanzados sobre el Holocausto, se difunde a través de revistas, publicaciones, seminarios, becas de investigación y visitas de escolares.
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