lunes, 2 de marzo de 2009

Argentina - Puerto Iguazu

Pais muy interesante:
A él lo transformó en los árboles que hay en la parte superior de las cataratas, y a la cabellera de Naipí en la caída del agua. Luego se sumergió en la Garganta del Diablo, y desde ahí vigila que los amantes no vuelvan a unirse. Pero, sin embargo, en días de pleno sol, el arco iris supera el poder de Boi y los une.
Cuando cogimos el autobús hacia Iguazú, Buenos Aires estaba completamente cubierto por un humo denso que venía de fuegos provocados en los campos argentinos, no se sabe por quién ni por qué. Por eso, en vez de tardar 17 horas tardamos 21 en ver la tierra roja de la región de Misiones, que limita con Brasil y Paraguay y tiene fama de ser el paraíso del narcotráfico de drogas, relojes e incluso alimentos. Uno entra en estas tierras, de vegetación espesa y casas bajas de madera, y se imagina perfectamente como era cuando, en efecto, era territorio de misioneros, que venían a "civilizar" a los indios y enseñarles la moral cristiana, amén.
Como en aquella película de De Niro y Irons, rodada en la isla San Martín, en lado argentino de las cataratas, a la que uno llega completamente empapado y semidesnudo si, a pesar de las advertencias, no ha tenido la precaución de llevarse un chubasquero hasta los pies para meterse debajo de los saltos de agua. Aun así, si eres chica, los barqueros harán honor a su mezcla de sangre argentina y brasilera y te colmarán de piropos durante el corto trayecto de dos minutos de orilla a orilla (el que más gracia nos hizo fue "avión", aunque aún no logro entender la metáfora o la metonimia que lo identifica con una mujer bonita).
Uno pasea por Iguazú y no se cansa de ver caer el agua desde distintos ángulos, y hasta le dan ganas de calificarlo como un espectáculo majestuoso, si es que expresiones así no están penadas con cinco años de galeras. Puede que, si uno tiene suerte, llegue en uno los cinco días al mes que el Parque organiza una excursión nocturna a la Garganta del Diablo, que está en el lado brasilero pero se disfruta desde el lado argentino.
Cuando llegamos, tras el paseo en trenecito desde la recepción y a pie sobre las pasarelas de vértigo, ateridas de frío porque el clima de la selva es traicionero en el otoño austral, me quedé unos veinte minutos apoyada en la barandilla mirando el agua, iluminada por una luna llena enorme.
Fuente:http://www.viamedius.com
Enlace recomendados:
www.ofertasdeviajesbaratos.com
www.vuelosbaratosweb.com
www.vuelosbaratosnet.com
www.cheaperflightsnet.com

No hay comentarios: