jueves, 5 de febrero de 2009

Prologo de la historia humana

Articulo muy interesante:
Esta vez, como siempre, tomé la revista y terminé haciendo los diez “relaxation exercises”, que en realidad no logran relajar ni al más entregado. Igual siempre los hago, por lo menos invierto el tiempo en algo y un rato dejo de pensar – aunque la cabeza siga maquinando: “qué si se cae”, “que si se pierde”, “que si el piloto pierde el control”, “y el copiloto se queda dormido”, “y la comisario se indigesta”, y “el tripulante cierra mal las compuertas de atrás”.
A pesar de todo, tengo una pasión que resultaba incompatible con mi fobia: amo viajar – para visitar museos, especialmente- y odio volar. ¿Qué hago entonces? Vuelo medicado, dormido, y hago los ejercicios de relajación.
Punto 1: Mueva suave y moderadamente la cabeza en forma circular; 3 veces para un lado y 3 para el otro. Punto 2: Masajee sus manos una con otra durante 5 minutos. Punto 3: Dibuje círculos con sus tobillos. Punto 4: Flexione los pies. Punto 5: Eleve las rodillas a 15 cm de su asiento…
De más esta decir que, al momento de terminar toda aquella rutina, no sólo no estaba relajado sino que estaba ciertamente contracturado. Durante largos minutos, todo el pasaje a bordo, se había reído de mí, sentado, haciendo la parabólica humana, y encima me sentía peor que antes; miedo incesante, dolores musculares y encima vergüenza. Y para todo esto, el avión ni siquiera había despegado.
Fuente:http://www.eviajado.com
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