En Senegal

Pais muy agradable:
La isla es pequeña, y se recorre a pie en poco más de una hora. No hay coches ni ningún otro tipo de vehículo. Las casas son de colores pastel (rosado, ocre, crema, tostado) con balcones y ventanas de madera. Hay una gran plaza central, junto a la que está nuestra casa. En esa plaza hay una fuente, donde la gente hace cola para recoger agua en palanganas y recipientes varios, pues en muchas casas no hay agua corriente. En la nuestra tampoco.En un extremo de la isla hay un antiguo Fuerte portugués de piedra.
Tiene forma circular, está construido sobre la pared de un rocoso acantilado y conserva restos de grandes cañones oxidados mirando al mar.Bajo la sombra de los árboles se encuentran sentados grupitos de hombres o mujeres, charlando o en actitud contemplativa. Por las calles se encuentran ovejas desperdigadas, y de vez en cuando se oyen sus balidos en cualquier esquina. Es un ambiente de pueblecito, tranquilo y apacible.Pero esa tranquilidad se transforma al visitar la Mansión de los Esclavos, convertida en Museo.
Fue construida por los holandeses en 1776. Era un caserón de color rosa intenso. Allí “almacenaban” a los esclavos durante tres meses antes de enviarlos por mar a las plantaciones de América.
Fuente:http://viamedius.com
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